Foto Mariano Giménez

Qué fue de … José Damián Tebar

No todos los caminos del toreo conducen a la gloria, pero todos dejan una huella profunda. José Damián Tébar lo sabe bien. Fue novillero con picadores, vivió la ilusión del traje de luces, el miedo del debut y la esperanza de abrirse paso en un mundo tan hermoso como exigente. Pero, como a tantos otros, la vida le llevó por otros derroteros. Porque en el toreo, muchos comienzan el viaje y pocos alcanzan la meta; algunos ni siquiera llegan a pisar una plaza con los del castoreño.

Sin embargo, el valor, la disciplina y la entrega que se aprenden en la Tauromaquia son una escuela para toda la vida. José Damián Tébar es uno de esos hombres que supieron transformar la pasión en aprendizaje, el sueño en madurez. Hoy, lejos del oro y la seda, sigue siendo un aficionado fiel, un enamorado del toreo que habla con serenidad y respeto de aquella etapa que marcó su juventud.

Él es, además, el primero de una serie de protagonistas que irán pasando por estas páginas. Y, en su caso, hay algo más que admiración: hay memoria y emoción. Porque de él —y por él— nacen mis primeros recuerdos taurinos. Es familia, y quizá el primer traje de luces que vi en mi vida fue uno suyo, tabaco y oro, que aún guardo en la memoria como un tesoro de infancia. En una de aquellas visitas a su casa, me regaló una oreja, y con ella, sin saberlo, el germen de una afición que ya no me abandonaría jamás.

Por eso, esta conversación no es solo una entrevista: es un viaje a los orígenes, al recuerdo de quienes soñaron con ser toreros y, aunque la vida les llevó por otros caminos, siguen siendo parte esencial de esa historia silenciosa y entrañable que también forma el alma del toreo.

¿Cómo son tus comienzos en la tauromaquia y por qué?

 En mi casa mi padre quiso ser torero, y siempre había una muleta, un capote, unos pitones, un vestido torear de chicuelo II y jugando, que si me pongo esto, que si ahora, de tal y cual. Pero en la escuela taurina empecé tarde, con 16 años o por ahí, medio, por el tema de los toros y empecé porque mi padre había intentado ser torero, no paso de novillero sin picadores y sería por lo que había visto en mi casa con mi padre.

 Un día con un amigo pasamos por la plaza de toros y vimos estaba abierta, entramos y vimos los chicos que había allí, que eran los de la escuela taurina, al entrar vimos los que había, nos gustó y dijimos de apuntarnos los dos y así empezó el tema

 ¿Y quién fue tu referente y tu apoyo cuando empezaste?

Mi padre y la escuela son los que me van encauzando y enseñando y son mi apoyo fue la escuela, mi padre conocía a mucha gente, él era un muy buen aficionado y lo respetaban mucho, conocía al que era representante de Samuel, mi padre trabajaba en una notaría y por ahí pasaba todo el mundo.

A casa de Samuel fui mucho de invitado a tentar, y de tapia también fui mucho, y eso, entre mi padre y la escuela fui comenzando

¿Tú te apuntas en qué año a la escuela?

En el año 1981 y estoy hasta que debuté con caballos, unos seis años estuve en la escuela taurina, cuando yo empecé en la escuela, estaba el director Curro Fuentes.

Luego ya vino Manuel Amador padre y Mariano de la Viña padre. Y yo ya acabé con ellos. Cuando vino Sebastián Cortés y Antonio Rojas ya no estaba, ya había debutado y no pertenecía a la escuela

¿ Cuál fue la primera vez que te vestiste de luces?

La primera vez que yo me vestí de luces fue de sobresaliente aquí en Albacete en una novillada sin picadores, pero no recuerdo fechas y nombres, con 17 /18 años tendría.

¿Cuántas novias todavía sin caballos?

Torea bastante, pero un número concreto no lo sé, por entonces no tuve la idea de ir apuntando los festejos o que alguien le hiciera, la verdad que toree bastante, pero no sé un numero concreto de actuaciones en cada año que te pueda decir, en el año 1983 toree 20, etc, si recuerdo sitios y ganaderías.

¿Y qué recuerdas de tu época sin caballos? Una época muy chula, muy bonita, con mucha ilusión lógicamente, muchas vivencias con mis compañeros.

En Albacete, ¿qué tarde recuerdas más especial para ti?

Una tarde que corté una oreja o un novillo, aquí en Albacete, por aquella época, cortar las orejas en novilladas sin caballos era muy complicado, la crítica nos metía una caña como si fuéramos matadores de toros y estábamos empezando.

¿Y qué te enseñó ese tiempo? ¿Que qué me enseñó?

El respeto a la gente y el respeto al animal, sobre todo el respeto, e ir por la vida con la cara alta, sin mentiras, sin engaños.

Aunque el mundo del toro es un poquito complicado, ya lo sabes, hay muchas historias, muchos intereses, ya te digo, un mundo complicado

¿Qué tarde recuerdas a ser tú más importante?

A mí la que más impresión me dio fue cuando toreé en Las Ventas, una novillada sin picadores, aquello para mí fue impresionante, creo que fue cuando empezaron a hacer las novilladas de los jueves, actualmente creo que lo siguen haciendo los jueves por las noches, di una vuelta al ruedo, cuando suenan esos clarines y se abre la puerta. Dices, madre mía, madre mía. Y entonces la plaza hacía cuesta en el centro para cuando llovía.

Y allí ya sabes cómo salen los toros y los novillos en Madrid. Más de una novillada sin picadores parecía una novillada con caballos.

¿Qué año fue eso?

Creo recordar que fue en 1982 nos quedamos finalistas del bolsín taurino de Ciudad Rodrigo. Fermín, Tormo, Manuel Clemente ”El Pecas” y yo.

Y a partir de ahí es más o menos cuando yo empecé a más o menos torear, me apunté a la escuela en el 80, en el 81 ya me hice profesional, Maté un ovillo, le corté las dos orejas. Y ya te digo, para mí lo más impresionante es haber toreado en Las Ventas.

¿Y llegas al debut con caballos, con ambiente?

Debute para quitarme de la escuela ya, los mismos profesores me lo dijeron,

¿Y debutas una mañana en Caudete?  

 En caudete, una mañana, con novillos, que era una corrida de toros, de Gabriel Rojas. Con el bote y Manuel Molina, de Alicante, Que luego se hizo banderillero, fue entre otros con  Castella .no sé si está en activo aún, creo que no.

¿ qué recuerdas de ese día?

Pues la verdad que un día cojonudo. Fue por la mañana, lloviendo, la reinauguración de la plaza. Unos nervios que te cagas.

Pero luego una vez que ya estás ahí en el ajo, pues bien, además recuerdo que fue Televisada por Televisión Española, como ahora sabes, tristemente Ahora tve no televisa nada.

La verdad es que se dio muy bien, le corté tres orejas a la novillada, sinceramente también hubo algo de paisanaje, pero ahí están cortadas.

Luego vi las imágenes y aparte de que no nos gustamos nunca cuando nos vemos, porque nos vemos muchos defectos, para mí no estuve bien para las tres orejas. Pero bueno, ahí está. Habrá otros que lo habrán hecho peor o mejor.

¿Y tras el debut?

Ese día fue el debut y despedida.

¿Y qué te lleva a tomar el decisión de retirarte?

Pues mira, yo antes de debutar, había pasado un año sin torear ese año 87, solo maté un festival.ya no toré, me pusieron la noviada esta, para quitarme del medio.

Y luego, yo no tenía dinero, porque antes, para torear con picadores, se llamaba aquello del 33%. lo tienes que pagar y si no… O eres un iluminado que te ha venido Dios a ver.

Yo ni tenía ni dinero ni nadie que le pusiera por mí, ni lo uno ni lo otro, ni era el del don divino y mi padre no tenía dinero, ni nadie que me echara una mano.

Aún así, me fui a Madrid a hablar con Chopera, me fui a Sevilla a hablar con Diodoro Canorea, me moví con cuatro fotos que llevaba allí, la gente me recibía, pero luego cuando salía, a saber qué dirían, pero por lo menos me recibían.

El que me recibió muy mal fue el empresario de aquí de Albacete, fui a hablar con él también. Yo había cortado las orejas en el debut, por si habia alguna sustitución o algo. Y casi, casi que me mandó a la mierda directamente. 

¿Cómo es adaptarse a una vida sin el tráfico de coches?

 Pues bien, porque ya como que le veía venir, como te dije estuve sin torear prácticamente nada dos años, un festival y el debut en dos años.

¿No te viste ningún trauma?

No,no, lo tenía muy claro, aguanté un año, pero viendo cómo estaba el tema, me puse a trabajar, porque aquí no puede estar uno pelando la pava, luego tampoco me dio por coger los palos, pero me fui bien, sin problemas.

¿Qué ocupas hoy? ¿Cuál es tu día a día? ¿Trabajas?

Estoy trabajando de fontanero, hice un curso de fontanería y vamos otro compañero y yo por ahí haciendo trabajos de fontanería, aparte del toro, yo he pegado muchos bandazos por ahí, ya lo que quiero es jubilarme.

¿Y sigues vinculado al mundo del toro de alguna manera? No. Aficionado nada más, nada que ver con nada del mundo del toro.

¿Sigues yendo a la plaza a los toros y eso? Si si voy a los toros, al cotolengo, Asprona y por supuesto feria, no a todas pero si que voy bastante y en televisión veo mucho, casi todo lo que televisan y puedo

¿Y qué opinas de cómo están actualmente o cómo estaban en tu época los toros?

Pues ya te digo, como no sé cómo están ahora al estar totalmente desvinculado.

¿Tú piensas que está peor que antes?

Yo creo que sí. Porque yo noto o creo ver que hay un circuito, los que son los matadores de toros, hay un circuito de 10-15 toreros que son los que se comen todas las ferias y en las novilladas lo mismo, hay un circuito de 10-15 novilleros que son los que se comen todas las ferias.

Si no estas en ese circuito tienen que buscarse la vida, ir a tal pueblo tal, a matar la del tío Picardías, si no te cuesta el dinero es una suerte, pero generalmente te cuesta dinero

Que ya es un éxito si no te cuesta. Porque si encima vas a jugarte la vida, tienes que pagar por ello. No… No lo veo…

¿Tú cuando te fuiste, ¿te fuiste con algún resentimiento? ¿O hubiese quedado por hacer algo? O como dices, ¿ya tenías las cosas claras? ¿Viste que no podía ser?

Yo lo intenté, hablé con allí, acá, allí, con este, con otro, y viendo que la cosa no… Ya me metí también en una edad que no se puede estar Pelando la pava , con 27 años a trabajar.

Yo ya ahí no…

¿Y qué consejo le darías ahora mismo a un chaval que empieza?

Pues que se dedique de pleno, pero también con sus estudios, porqué es todo muy complicado. Aquí empezamos 60 y sale uno. Y hay que tener la vida resuelta.

Hay que estudiar, a la vez tener mucha afición y mucho corazón al tema. Y no hay otra. Y ya si no puede ser , no puede ser, eso se da cuenta uno en cuanto ve que la cosa no funciona.

Lo que pasa es que luego también está el tema padre del torero que muchas veces debería de quedarse en casa. En vez de estar rodeando con el niño o qué tal, lo cual hace mucho daño también. Los padres que saben llevar el tema, se creen que tienen la figura del torero en casa y lo único que hacen es echarle tierra encima al chaval.

¿Te quedas con algún amigo que se haya tenido una relación hoy en día con él de aquella época? 

Si con muchos, a Palencia y el Pecas, son los que más veo, luego pues tengo buena relación con Fidel Montero, Manuel Caballero, con Vitoriano, tenemos buena relación, no es que estemos todos los días juntos, pero cuando nos vemos echamos una charla y unas risas. Nos recordamos las penurias pasadas.

 

En Corto y por derecho

¿Un ídolo? Damaso.

¿Un personaje histórico? Isabel la Católica.

¿Un libro? Patria.

¿Una película? Érase una vez en América.

¿Un torero? Ahora mismo, Morante, d siempre, el maestro Damaso.

¿Una ganadería? a mí la que me ha gustado siempre es la de Samuel Flores, que ahora mismo está un poco baja

¿Una plaza? Madrid.

¿Un viaje por hacer? Muchos.

¿Una comida? El ajeaceite.

 ¿Vino o cerveza? Cerveza.

¿Rubios o morenos? ambas

¿Y un sueño para cumplir? Tengo un montón de sueños. Ya tengo bastante edad, pero aún tengo algunos sueños por cumplir.

La charla con José Damián Tébar deja la sensación de quien conversa con alguien que vivió un sueño, lo entendió y lo dejó ir sin perderle el respeto. Habla del toreo con la serenidad de quien lo ha sentido muy dentro, sin rencor ni nostalgias vacías, con el orgullo limpio de haber pertenecido, aunque fuera por un tiempo, a ese universo tan selecto y duro que solo unos pocos alcanzan a conocer de verdad.

En sus palabras hay verdad, la misma que se exige en el ruedo: la verdad de quien no se inventa nada, de quien no necesita adornar su historia porque sabe que lo que vivió ya fue bastante grande.

Al despedirnos, queda la certeza de que el toreo deja huella más allá de los triunfos o de los aplausos. Que ser torero no es solo vestirse de luces, sino llevar dentro una forma de mirar la vida, una manera distinta de enfrentarse a ella.

José Damián Tébar no figura en los carteles actuales, pero su nombre —como el de tantos otros que un día soñaron con abrirse paso en los ruedos— forma parte silenciosa y necesaria de la historia taurina. La de los que lo intentaron con fe, con pureza, con verdad. La de los que, aun sin seguir toreando, nunca dejaron de ser toreros.

Porque hay quien se retira del ruedo, pero nadie se retira del corazón del toreo.

 

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