Foto Mariano Giménez

Javier Sáez, mozo de espadas, una forma de entender la Vida.

En el toreo hay héroes visibles y héroes callados. Entre los segundos se encuentra Javier Sáez, joven de Minglanilla que, a sus apenas veintitantos años, ha pisado ya los templos más solemnes del toreo con la naturalidad de quien entiende que su labor —silenciosa, precisa, imprescindible— sostiene el andamiaje emocional y técnico de una tarde de toros. De Las Ventas a la Maestranza, de Valencia a su Albacete cercano, Javier ha sido mano derecha, guardián de detalles y confidente de matadores tan distintos como Paco Ureña, Sergio Serrano, Francisco Mazo, Alejandro Peñaranda o Manuel Caballero. Su oficio no tiene focos, pero tiene alma. Y en esta entrevista queremos descubrir la suya.

Javier, cuéntanos cuál es tu primera imagen taurina que recuerdas y qué te hizo sentir para que empezara en ese momento.

 Mi primera imagen taurina es de mi abuelo materno, mi abuelo Antonio, que en las reuniones familiares me embestía con una carretilla y yo toreaba y esas fueron mis primeras imágenes que yo tengo de la tauromaquia.

 ¿Intentaste ser torero ?

No lo puedo llamar intentar porque nunca estuve en ninguna escuela taurina, fue conocer a Alejandro Peñaranda y empecé acompañarlo cuando toreaba, en las becerradas primero luego ya llegó el debut de luces, el debut con caballos y  la alternativa soñada

Empezaste con Alejandro con 16, 17 años. ¿Qué recuerdas de los comienzos de Alejandro como torero y le has acompañado desde entonces?

Lo recuerdo con mucho anhelo, de ver que una amistad que, con el paso del tiempo, la sigue uniendo la misma pasión y el aliciente acompañarle cada tarde que torea.

¿Viste que no podías ser torero o directamente quisiste ser mozo espadas/ayuda?

Yo tenía y tengo mucha afición a los toros y yo creo que cada persona que se inicia en este mundo viendo torero o bien como en mi caso de mozo espadas o de ayuda, pues intenta serlo.

¿Qué te atrapó y vistes en el oficio que quieres que sea tu vida profesional?

Yo creo que es la complicidad que se tiene con el torero, se viven momentos de mucha intimidad, muchos momentos de miedo y en esos momentos tú eres la persona en la que el torero confía siempre.

¿Cómo se vive desde dentro esa confianza que deposita en ti el matador siendo su mozo espadas o su ayuda?

Con mucha responsabilidad porque el torero deposita una confianza en ti, de que salga todo bien, del tema, de los vestidos, de la logística de la cuadrilla, del hotel, de la comida, de los viajes.

Y luego también, pues en mi caso, como soy ayuda, pues también la confianza que te transmite, el de que no te pregunte de cómo están los chismes, que si están limpios, que si están sucios, es la confianza que te transmite, que sin preguntarte sabe que todo va a estar bien.

¿Qué te pesa más, el aspecto profesional o el emocional?

Me pesan las dos cosas, intento hacerlo lo mejor que puedo porque siempre quiero que mi torero sea el mejor en todos los ámbitos de la plaza.

El que mejor vaya vestido, el que mejor lleve los chismes, el mejor en todo.

Alejandro, que es él que más acompañas y empezaste con él, además has ido en otras cuadrillas, como las de Manuel Caballero, Tomás Rufo, Paco Ureña, Fco Mazo, Molina, etc. ¿Quién es el que más te ha marcado?

Marcarme, me han marcado todos, porque con todos los toreros que has nombrado he ido a fechas importantes para ellos y tengo un bonito recuerdo de todos y he aprendido de todos y a todos los doy las gracias por a haber contado conmigo.

Y has ido a plazas como Madrid, Sevilla, Valencia. ¿Qué se siente al cruzar esas plazas?

Mucha responsabilidad, cuando vamos a esos sitios quiere decir que con el torero con el que vas que también tiene mucha responsabilidad por el sitio que es, esperando que todo salga bien, sobre todo por mi parte voy con mucha ilusión y si estoy pisando esas plazas con los toreros que vaya es porque algo estoy haciendo bien.

 ¿De esas plazas con cuál te quedas?

Una de las me quedaría con Madrid por todo lo que significa para el torero y Sevilla, por su arte, y luego este año también he pisado la plaza de toros de Bilbao, Vista Alegre y me ha impresionado el toro que sale en esa plaza.

Hablando de Madrid, ¿qué recuerdos guardas de tu primera temporada en la venta y con quién fue?

Guardo un buen recuerdo, porque no me lo esperaba ir tan pronto porque me pilló de muy jovencito y fui con el maestro Sergio Serrano, al que estaré eternamente agradecido por confiar en mí ese día, fue mi primera tarde en Madrid y ese debut en Madrid no hubiera sido posible sin Óscar, el hermano del maestro Serrano, que es su mozo espadas.

Sevilla suelen decir que marcar a toda la gente que pisa su patio de guardia. ¿Qué te pasó por el cuerpo la primera vez que pisaste el patio de más de Sevilla?

Pues, la primera vez que pisé Sevilla, me quedé impresionado con el color de su albero, con el respeto que se trata allí a todos los toreros, con el ambiente que se respira allí.

Cuéntanos un poco cómo es la función de Mozos Espadas en la preparación de una fecha.

Pues la preparación de una fecha comienza con la llamada del apoderado, nos llama el apoderado y nos dice que toreamos en tal sitio y tal día, se manda el contrato, y ya nosotros empezamos con la preparación del viaje, cuadramos el viaje con toda la cuadrilla, reservar hoteles, comidas, atender al matador, preparar los vestidos, que esté todo al detalle, los trastos en condiciones, luego está el apartado administrativo, tema de boletines, liquidaciones, entradas, etc

Y el día del festejo es ir al sorteo, presentar la documentación de toda la cuadrilla a los delegados gubernativos o autoridad correspondiente y una vez terminado el sorteo vuelta al hotel a comer, ver si hay algo de última hora con el matador y la cuadrilla y luego ya vestir al torero, la liturgia de la plaza, darle los chismes y estar pendiente del matador.

¿Cuál es el momento más delicado para ti, como ayuda y como Mozos Espadas en el día de la corrida?

Como Mozos espadas es el vestir a un torero, y como ayuda, los cambios en la plaza, que los haga bien.

¿Qué error no te permites?

Pues me ha pasado alguna vez y es no dar la muleta o el capote que me pide el torero, confundirme de trasto.

Antes hablábamos sobre Alejandro, que has ido con él toda su carrera, hasta el día del sueño de tomar alternativa. Cuéntanos qué significó para ti estar a su lado ese día.

Imagínate, ver a tu amigo cumplir su sueño, y para mí es muy gratificante estar casi toda una vida con él acompañándolo y verlos cumplir sueños. También se cumplen los míos porque lo considero un gran amigo y me gusta verle cumplir su propio sueño.

¿Qué tal te ha hecho sentir que estabas viviendo un sueño que nunca tú pensabas que ibas a vivir, Pisar esas plazas o un día determinado con quién?

Muchos días, han sido sueños cumplidos, uno de ellos el día de la alternativa de Alejandro, mi debut en Madrid, mi debut en Sevilla y luego todas las tardes es algo muy bonito.

¿Cómo manejas esa responsabilidad tú emocionalmente?

Me cuesta mucho porque el torero también sabe cuándo ha estado bien o cuando le ha faltado un poquito más en la tarde, yo siempre intento sacar el lado positivo de las cosas, de quitarle hierro al asunto.

¿Cómo gestionas por ejemplo los momentos previos a un paseo?

Con muchos nervios, por la responsabilidad, yo intento ser el mejor en el callejón, pero bueno, luego es gratificante cuando acabo la tarde y ves que ha salido todo bien, es muy gratificante para mí.

Aún eres joven y has vivido ya, mucho que otros no han vivido ¿Qué metas te marcas por cumplir?

Bueno, pues metas yo nunca me suelo poner, esto es un largo camino que estoy recorriendo poco a poco sin ponerme metas y tarde a tarde.

¿Sueñas vivir de esto o sueñas con fijar tu carrera siempre en torero o seguir como estás ahora trabajando soltero?

Vivir de esto es muy difícil porque es una vida muy sacrificada, yo ahora como estoy, estoy bien, lo estoy compaginando con un trabajo principal y de momento ahora no me lo planteo, luego veremos qué pasa en un futuro.

¿Qué te gustaría que generen de ti dentro de 20 años?  Como un buen profesional y como una buena persona.

¿Qué significa para ti personalmente ser mozo espadas?  Es mi forma de vivir, de entender la vida.

¿Qué has aprendido del torero que te ha servido para la vida?

El respeto a las personas, el respeto a la profesión, el respeto a la vida en general y luego el saber estar en muchos sitios.

En Corto y Por Derecho

Una plaza. Sevilla.

Un torero. Talavante

Un amigo del toro. Alejandro Peñaranda

Un Libro – Iván Fandiño: mañana seré libre

Un perfume – Hugo Bosch.

Una comida – La pasta.

Una canción – Viviré, de Camarón.

Una película – 100 metros.

Un ídolo – Mi padre.

Un lugar para perderte – El campo.

Un sueño por cumplir – Formar una familia.

Vino o cerveza – Vino, un buen Ramón Bilbao.

Rubias o Morenas – Morenas.

Playa o montaña – Montaña

Un hobby – La caza.

Una pasión fuera de los toros – El pádel

Javier Sáez pertenece a ese tipo de figuras discretas sin las cuales la Fiesta quedaría incompleta. Su oficio es servicio; su vocación, entrega; su camino, un aprendizaje constante entre hierros, seda, albero y amistad. Habla con humildad, pero su trayectoria —con apenas 23 años y ya presente en las plazas más importantes del mundo — demuestra que el toreo también se engrandece desde la sombra, desde quienes sostienen la liturgia para que el arte pueda cumplirse. Y Javier, desde su juventud y su afición pura, es parte de ese engranaje silencioso que le da vida y alma a la Tauromaquia.

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