Foto Mariano Giménez

Feria Taurina de Albacete Orgullo Albaceteño

La Feria Taurina de Albacete 2025 volvió a confirmar por qué el coso de la calle de la Feria es una de las plazas más respetadas, serias y con mayor personalidad del panorama taurino español. Diez días de toros —del 8 al 17 de septiembre— ofrecieron tardes de emoción, triunfos memorables y también reflexiones sobre el presente y el futuro de la tauromaquia en la capital manchega.

El ciclo reunió un cartel equilibrado, con figuras consagradas, toreros emergentes y ganaderías de prestigio. En total, siete corridas de toros, dos novilladas con picadores y una de rejones volvieron a situar a Albacete en el centro del calendario taurino nacional.

Desde días antes del primer paseíllo, el ambiente en la ciudad ya anunciaba feria, como cada septiembre. La presentación de los carteles y el pregón del maestro Sebastián Cortés, en el año en que se cumplían 50 años de su alternativa, sirvieron de prólogo perfecto para una feria marcada por el respeto a la tradición, la emoción y el orgullo de la afición albaceteña.

En el ruedo, la feria volvió a ofrecer momentos de máxima intensidad. Entre los más destacados, la faena de Paco Ureña, proclamado triunfador del ciclo, al toro Diablito de la ganadería Daniel Ruiz, indultado tras una actuación histórica que puso en pie al público. El bravo ejemplar confirmó, una vez más, el excelente momento de la divisa albaceteña, que acumula más indultos que ninguna otra en esta plaza en los últimos años.
Tampoco pasó desapercibida la actuación de Rubén Pinar, que volvió a mostrar compromiso y entrega ante los exigentes toros de Victorino Martín en la corrida de cierre. La feria dejó también nombres y gestos que alimentaron la emoción: la proyección de Alejandro Peñaranda, la torería clásica de Juan Ortega en una tarde para paladares exigentes, o el gran toro de Santiago Domecq lidiado por Sebastián Castella el 11 de septiembre, que marcó uno de los momentos más vibrantes del ciclo, Molina acusó la cogida de Dax y el no estar al 100% y no tener toros de triunfo no perdió crédito. 

Y, cómo no, la presencia arrolladora de Roca Rey, que llegó a Albacete tras sufrir un duro percance en Valladolid y firmó una tarde para la historia el 13 de septiembre, demostrando por qué es hoy una figura indiscutible del toreo. En el toreo a caballo, Diego Ventura volvió a dejar patente su supremacía y la diferencia abismal que le separa del resto de rejoneadores del escalafón.

Uno de los momentos más emotivos de la feria fue el regreso de Manuel Jesús “El Cid”, quien sustituyó a Fernando Adrián y volvió a vivir una tarde mágica en una plaza talismán para él. Su faena al cuarto toro de La Quinta, con la mano izquierda, hizo rugir los tendidos y recordó al gran torero que tantas veces se ganó a Albacete.

El 13 de septiembre quedará también grabado en la memoria colectiva: Manuel Caballero hijo tomó la alternativa en sustitución de Morante de la Puebla, con Paco Ureña como padrino y Roca Rey como testigo. Fue una tarde cargada de simbolismo, emoción y orgullo para una afición que vio cómo aquel niño que dio su primera vuelta al ruedo junto a su padre se convertía en matador de toros por méritos propios, y además en su tierra.

La feria también sirvió como escaparate para los jóvenes valores de la Escuela Taurina de Albacete, que volvieron a demostrar el gran trabajo que se realiza desde ella. La despedida de Manuel Caballero como novillero, el debut de Nicolás Cortijo y la presentación de Alejandro Quesada, que resultó cogido en su primero, fueron muestra del futuro que se sigue forjando.

En líneas generales, la Feria de Albacete 2025 se cerró con un balance positivo. Los tendidos registraron una buena entrada y el ambiente fue, un año más, de ilusión, respeto, afición, pero cada vez más triunfalista y menos exigente, se echa de menos al aficionado. Aunque hubo tardes más desiguales y ganaderías que no terminaron de romper, el ciclo reafirmó la personalidad de la plaza en los últimos años.

La Feria de 2025 ha sido un ciclo de madurez y autenticidad. La emoción del indulto, el relevo generacional y el público dejan un mensaje claro: la afición albaceteña sigue viva, fiel a su historia y con la mirada puesta en el futuro.

Y precisamente de futuro se hablará en los próximos meses. Este 2025 es año de nuevo pliego de condiciones para la gestión de la plaza. Un momento clave para garantizar que Albacete mantenga la seriedad, la exigencia y la categoría que la han convertido en la feria más importante del mes de septiembre. De ello dependerá que siga siendo referencia nacional o una más dentro del mapa taurino español.

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