La localidad navarra de Tafalla acogió el pasado sábado una corrida con toros de la divisa portuguesa de Palha, conocidos por su seriedad y exigencia, que pusieron a prueba a la terna compuesta por Rubén Pinar, Joselillo y Emilio Serna.
El manchego Rubén Pinar fue quien consiguió abrir el marcador de trofeos tras una labor meritoria a su primer ejemplar, al que entendió con inteligencia hasta conseguir extraerle muletazos de gran hondura por el derecho. Su entrega fue recompensada con una oreja.
Con el segundo de su lote, toro de gran trapío, Pinar dejó momentos de toreo templado tanto a la verónica como en muletazos al natural de mucho ajuste y emoción. La espada le privó de un triunfo mayor, quedando todo en una ovación que reconoció el valor y la firmeza mostrada.
La tarde dejó constancia de la capacidad de Pinar para enfrentarse a hierros de gran seriedad, mostrando oficio, ambición y una madurez que avalan su trayectoria.
El torero albaceteño encara ahora un tramo decisivo de la temporada con dos compromisos de máxima exigencia: el 28 de agosto en Casas Ibáñez y el 19 de septiembre en la Feria de Albacete, ambas con toros de Victorino Martín. Citas que refuerzan la ilusión de un matador que, tras diecisiete años de alternativa, sigue demostrando su vigencia y compromiso en los ruedos.