Foto Mariano Giménez

Paco Jimenez «los verdaderos “sabios” son, los invitados que nos visitan»

Hace unos días nos hacíamos eco del 20º aniversario de la tertulia “Los Sabios del Toreo” que mensualmente tiene lugar con un invitado de excepción, esta bonita costumbre ya arraigada ha cumplido un aniversario nada desdeñable, ante tal efeméride hemos charlado con su presidente, Francisco Jiménez, que nos deja claro que no es más que los demás, tenía que haber un presidente y le tocó él, pero que ante todo está la amistad entre todos sus miembros.

¿Cómo y cuándo nació la idea de crear la tertulia Los Sabios del Toreo?

Al finalizar la Feria de 2005, un grupo de nueve amigos decidieron fundar una tertulia de carácter mensual, con la idea de reunirse a comer y hablar de toros. Además, se decidió en invitar a profesionales y personalidades relacionadas con el mundo taurino, para enriquecer las reuniones con sus comentarios y vivencias.

¿Quiénes fueron los impulsores de aquel primer encuentro?

Desde el inicio fueron nueve miembros, con carácter de numerus clausus. Lamentablemente, dos de ellos ya han fallecido y otros dejaron la tertulia por diversos motivos, siendo sustituidos por nuevos amigos para mantener siempre el mismo número. Además, se nombraron tres Sabios de Honor: Juan Martínez —también fallecido—, Javier Hurtado y José Antonio Galdón “Niño de Belén”. Ellos tienen derecho a asistir siempre que lo deseen, aunque sin obligación alguna.

¿Recuerda cómo fue aquella primera reunión en El Altillo? ¿Qué ambiente se respiraba?

El ambiente fue de ilusión, con muchas ideas y proyectos, pero con una premisa muy clara: la amistad entre los componentes debía estar siempre por encima de todo.

¿Por qué decidieron llamarla Los Sabios del Toreo y qué significado tiene para ustedes ese nombre?

El nombre, que puede parecer pedante, en realidad fue fruto de una anécdota. En una de las primeras comidas, al reservar mesa en el restaurante, el camarero no sabía bajo qué nombre hacerlo y apuntó “Los Sabios del Toreo”. Nos hizo gracia y, aunque sabíamos por lo pretencioso del nombre que daría pie a bromas, lo mantuvimos. Con el tiempo nos pareció muy acertado, pues los verdaderos “sabios” son, en realidad, los invitados que nos honran con su presencia.

¿Cómo surgió la elección del restaurante El Callejón como sede habitual de las tertulias?

Primero, porque se come muy bien; segundo, por lo emblemático de su ambiente y decoración, que sorprende y enamora a quienes lo visitan por primera vez. Y tercero, porque ofrece la intimidad que necesitamos en sus salones privados. De hecho, nuestro salón habitual es el de Chicuelo II.

En estos 20 años, ¿cuál cree que ha sido el secreto para mantenerse unidos y activos?

El secreto está en la amistad que nos une, que es anterior a la propia fundación de la tertulia. Y también en una premisa fundamental: antes de empezar cada comida, dejamos claro al invitado que lo que allí se habla, allí se queda. Esto les da una enorme confianza y les permite expresarse con libertad.

¿Qué representa para ustedes reunirse cada mes alrededor de una mesa y hablar de toros?

Representa la ilusión de esperar al último miércoles de mes para reencontrarnos con los amigos, compartir una buena comida y disfrutar de la conversación con un invitado que, en muchos casos, no hubiéramos tenido oportunidad de conocer de no ser por el prestigio alcanzado por esta tertulia.

¿Hay alguna anécdota o tertulia que recuerde con especial cariño?

Sí, la tertulia que no llegamos a celebrar. Teníamos todo preparado para recibir al gran fotógrafo taurino Canito. Incluso habíamos encargado el obsequio personalizado que siempre entregamos a nuestros invitados. Pero unos días antes falleció. Poco después, unos amigos comunes de Valencia nos hicieron llegar una de sus clásicas gorrillas, dedicada expresamente a nosotros, que él tenía preparada para aquella comida. La conservo con especial cariño.

¿Cuál ha sido el invitado que más le ha impresionado o dejado huella?

Son tantos que resulta muy difícil elegir. Han pasado por aquí ganaderos, periodistas, pintores, sastres, filólogos, obispos, escritores y, por supuesto, grandes toreros, algunos de época, Por citar solo algunos nombres: Dámaso, César Rincón, Ortega Cano, Capea, Caballero, Perera… La lista es interminable y pido perdón por no poder nombrar a todos. Pero si debo destacar a alguien, me impresionó especialmente el maestro Pepe Luis Vázquez, por su forma de expresarse, su personalidad y sus comentarios.

¿Qué criterio siguen para invitar a las personalidades que acuden a sus comidas?

Es muy sencillo: basta con que un tertuliano lo proponga, que cuente con el visto bueno de todos y que alguien se encargue de hacer las gestiones.

¿Qué se siente al compartir mesa con figuras tan diversas: toreros, ganaderos, periodistas o políticos?

Ante todo, agradecimiento, porque muchos de ellos recorren largas distancias para cumplir su promesa, incluso teniendo que hacer noche en nuestra ciudad. Y, por supuesto, orgullo por haber tenido la capacidad de traerlos hasta nuestra mesa.

¿Cómo definiría el espíritu de Los Sabios del Toreo en una frase?

Amistad y afición compartida.

¿Qué papel cree que tienen las tertulias taurinas hoy en día dentro del mundo del toro?

Creemos que debería haber más tertulias de este tipo en España, porque según nos cuentan muchos invitados, no abundan las que se mantienen con este nivel y continuidad.

¿Qué aportan este tipo de encuentros a la cultura y a la afición de una ciudad como Albacete?

No nos planteamos ese objetivo. Desde su fundación hemos tenido siempre la misma meta: reunirnos una vez al mes, nueve amigos, para comer y hablar de toros con un invitado. Y nada más. Para otros objetivos más amplios ya existen clubes, asociaciones o peñas, todas muy respetables.

En un tiempo donde todo se comunica por redes, ¿tiene más valor aún sentarse cara a cara y hablar de toros?

Más que el valor, lo que tiene es mucho mérito. No resulta fácil conseguir que doctores como don Carlos Valcarreres o don Máximo García Padrós, o ganaderos como don Juan Pedro Domecq, don Antonio Miura o don Victorino Martín, hagan un hueco en su agenda y recorran cientos de kilómetros para estar con nosotros. Eso, sin duda, es lo que más valor tiene.

Veinte años después, ¿qué balance hace de este largo recorrido?

Muy positivo. Ni en nuestros mejores sueños pensábamos que íbamos a celebrar nuestro vigésimo aniversario.

¿Qué momento cree que marcó un antes y un después para la tertulia?

La pandemia. Fue entonces cuando nos dimos cuenta de lo mucho que echábamos de menos nuestras reuniones mensuales.

¿Qué significa para ti celebrar dos décadas al frente de esta Tertulia?

No llevo veinte años al frente. El presidente fundador fue don Manuel Escribano, que antes de fallecer y ya con su salud mermada, me cedió la presidencia en 2017. Además, te confieso que rara vez pienso en mi cargo. Aquí la amistad está por encima de todo, y alguien tenía que ser presidente… me tocó a mí.

¿Cómo han evolucionado los temas de conversación en estos veinte años?

Hay temas que nunca caducan y siempre están vigentes, pero lógicamente otros se van adaptando a la actualidad de cada momento.

¿Qué siente al ver que muchos de los invitados hoy son amigos personales?

La palabra “amigo” no debe usarse a la ligera, pero sí, es una gran satisfacción haber hecho tantas amistades gracias a la tertulia.

¿Cómo ve el futuro de los Sabios del Toreo?

Envidiable.

¿Hay relevo generacional dentro del grupo o algún joven interesado en incorporarse?

Claro que sí, pero tendrán que esperar. Aquí no entra nadie mientras no haya una vacante, y esperamos por ello que tarde mucho en llegar.

¿Qué sueña para la tertulia en los próximos 20 años?

Que sean tan exitosos y gratificantes como los primeros.

Si pudiera invitar a cualquier personaje del mundo del toro, de cualquier época, ¿a quién sentaría en su mesa?

A Joselito “El Gallo”.

¿Qué no puede faltar en una tertulia de los Sabios del Toreo?

Confidencialidad y respeto.

Para terminar, ¿qué brindis haría por estos 20 años de historia?

Brindo por los invitados, que con su presencia lo han hecho posible.

Agradecemos a Paco su atención y esperemos que cumplan muchos más años de una tertulia tan señera y con tanta importancia, por los integrantes de la misma, como por sus invitados. 

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