Foto Mariano Giménez

Madrid rendirá homenaje al maestro Antoñete

El coso madrileño acogerá este domingo un cartel de auténtico lujo en beneficio del futuro monumento al inolvidable torero. En Albacete, Antoñete dejó también una huella imborrable con nueve paseíllos a lo largo de su carrera.

Madrid volverá a vestirse de gala en el día de hoy con motivo del Festival Benéfico pro Monumento al maestro Antoñete, una cita que reunirá en la Plaza de Toros de Las Ventas a grandes nombres de la tauromaquia en un cartel histórico: Pablo Hermoso de Mendoza, Curro Vázquez, César Rincón, Enrique Ponce, Julio Aparicio, Morante de la Puebla y Olga Casado serán los encargados de rendir homenaje a una de las figuras más queridas y respetadas del toreo contemporáneo.

El festival, impulsado por José Antonio Morante de la puebla, destinará su recaudación a la construcción de un monumento en memoria de Antonio Chenel “Antoñete”, símbolo de elegancia, pureza y clasicismo, y uno de los toreros más identificados con la plaza madrileña, donde tantas tardes escribió páginas de oro y la cual fue durante años, su casa.

Aunque Las Ventas fue su plaza fetiche, Albacete fue una plaza que a lo largo de su carrera, hizo el paseíllo en nueve ocasiones en el coso de la calle de la Feria, donde dejó constancia de su concepto clásico, su temple y su torería.

Su primera actuación en Albacete tuvo lugar el 10 de septiembre de 1952, en una novillada con picadores junto a Juan Montero y Pedro Martínez Pedrés, lidiando novillos de Sánchez Cobaleda.
Solo cuatro días después, volvió al mismo ruedo, esta vez con Dámaso Gómez y Juan Montero, frente a reses de Samuel Hermanos.

Dos años más tarde, en 1954, regresó ya como matador de toros, alternando con Pedrés y Montero ante un encierro de Martínez Elizondo, y repitió en 1955 con toros de Francisco Galache, cartel idéntico al del año anterior.

Tras más de una década, volvió a vestir el chispeante en Albacete el 14 de septiembre de 1967, en una corrida mixta con Ángel Peralta, Rafael Ortega y Curro Girón, lidiando toros de Manuel Arranz.

En los años ochenta, Antoñete siguió visitando la plaza manchega: en 1981 compartió cartel con Paco Camino y Espartaco en una corrida concurso; en 1983 toreó junto a Emilio Muñoz y Paco Ojeda con toros de Ramón Sánchez, y en 1984 actuó con José María Manzanares y Luis Francisco Esplá ante toros del Marqués de Albayda.

Su última aparición en Albacete fue el 7 de octubre de 1995, en un festival benéfico a favor del asilo de San Antón, donde alternó con Dámaso González, Curro Vázquez, Niño de la Capea, Manuel de Paz y José Manuel Samos, lidiando reses de El Torreón.

Antoñete fue mucho más que un torero. Fue un referente de torería, naturalidad y pureza, un hombre que dignificó el toreo desde la humildad y la elegancia. Su estilo inconfundible, marcado por el clasicismo y el temple, sigue siendo hoy ejemplo para toreros de distintas generaciones.

El festival de hoy en Las Ventas será una fiesta de gratitud y memoria.

Una manera de recordar al torero del mechón blanco, al artista que hizo de la autenticidad su bandera y que, tanto en Madrid como en Albacete, dejó una huella imposible de borrar.

Extracto del ejemplar de la revista El Ruedo, donde recoge la información referente al debut del maestro Chenel en Albacete como Novillero.

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